miércoles, 28 de enero de 2009

El segundo piso

Y como si el golpe no le hubiera dolido, Juanita y el patín se instalaron a vivir en casa de los papás, pero siendo los griteríos y los pleitos incómodos y frecuentes, los papás optaron por construirles un cuarto en el segundo piso y es que resulta que Juanita estaba embarazada, y ahora tiene una hija físicamente idéntica a ella. Pero desde el segundo piso los griteríos igual se oían, a mí me ponían al tanto los vecinos, pues conozco a la vecina de al lado y al vecino del frente, y ellos no dejaban de sorprenderse con cada cosa que veían y oían pues la casa y las escaleras al segundo piso se ven a través de la reja de ingreso. Una de las mas saltantes fue que el patita bajó las escaleras apurado porque una camioneta llegaba a recogerlo y Juanita salió tras él gritándole y sacó su cabeza por la ventana a seguir gritándole cosas como: ignorante, inútil, bueno para nada, y le lanzó dos macetas con plantas que tenía en su ventana, una por una, pero él ya había subido a la camioneta y ésta partió cual flecha veloz y mas bien casi le caen a un vendedor de fruta que pasaba en su triciclo. Los papás salieron corriendo a tratar de calmarla pero ella los botó con groserías, y todo ello a vista a primera hora de la mañana a vista y paciencia de todos.

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